No es difícil saber cuánto cuesta un equipamiento nuevo, ¿verdad? Basta pedir un presupuesto rápido a los proveedores, hacer identificar cuantos serán necesarios y rápidamente es posible establecer un valor de referencia para la inversión.
En tiempo de contención de gastos y reducción de costes, al verse frente a la posibilidad de gastar con la sustitución de equipamientos y tecnología que, en última instancia, aún funciona, muchos gestores son muy reacios en dirigir fondos para ello, evitando al máximo autorizar esta compra. En efecto, él se imagina que está evitando costes y, por lo tanto, aumentando los beneficios. Esto, desgraciadamente, no corresponde necesariamente a la realidad.
Si por un lado los costes de compras de equipamientos son fácilmente calculables, los costes de no invertir en tecnología son mucho más sutiles, pero no menos pesados, pudiendo fácilmente superar los supuestos ahorros causados por la falta de inversión adecuada.
Los siguientes elementos traen un panorama del tipo de perjuicio que las herramientas inadecuadas pueden causar:
Fallos en la operación
El primer punto importante que se plantea es la cuestión de la eficacia operativa. Los equipamientos obsoletos fallan con mucha más frecuencia que los nuevos, generando errores en registros, pérdida de datos, identificaciones equivocadas y problemas similares.
Además, muchos equipamientos son vulnerables a la lluvia, el polvo y el agua, requiriendo cuidados especiales de protección y manipulación y rompiéndose regularmente, lo que dificulta sensiblemente la productividad.
Comunicación interrumpida
La comunicación entre el operador, el barco y la base es una parte importante del trabajo, tanto para la precisión en la retirada de cargas y para la solución de problemas, y esto requiere equipamientos robustos y confiables. No invertir en ello puede hacer que los problemas surjan sin necesidad, o que demoren mucho para ser resueltos, perjudicando directamente la operación.
Limitación de la productividad
Los equipamientos que fallan, se bloquean y tienen un bajo rendimiento, naturalmente, impiden el aumento de la productividad, lo que afecta directamente a la capacidad de atender a más clientes. La adquisición de tablets y lectores modernos agiliza de forma notable todo el proceso, mejorando la satisfacción del equipo con el trabajo, aumentando la cantidad de carga movida por hora y reduciendo incluso los costes de mantenimiento.
Cuando se enumeran todas estas cuestiones, es fácil percibir que la inversión en tecnología y equipamiento de punta, en lugar de un coste asociado a la sustitución, es una inversión en productividad, motivación y en su capacidad de atender a más clientes, con más calidad y consistencia, lo que se traduce en más rentabilidad y mayor satisfacción de su público.